El Generalife - Guía de la Alhambra



Jardines Bajos

Tras la adquisición por el Estado del Generalife, en 1921, se creó un estado de opinión favorable a la creación de un parque público, lo que dio lugar a la urbanización y ajardinamiento del sector comprendido entre la Alhambra y el núcleo edificado o Palacio del Generalife.

Concretamente, se dividió en tres partes, ejecutadas de forma sucesiva, que en la actualidad forman los Jardines Nuevos. En 1931 se realizó el tramo más cercano al edificio, al estilo jardín-laberinto, con arquerías de rosaledas y cipreses; en 1951 se prolongó bajo la dirección del arquitecto Prieto Moreno, en una interpretación del jardín musulmán, con una acequia en crucero, calles y paramentos tupidos de cipreses, más una pérgola abierta al paisaje de la Alhambra y de la ciudad.

Por último, en 1952 se completó con el anfiteatro al aire libre, creado expresamente para el Festival Internacional de Música y Danza de Granada, que desde entonces se celebra en él.



Palacio del Generalife

La entrada al edificio del Generalife presenta una curiosa dualidad. De un lado, su apariencia externa tiene un indudable carácter rural que lo asemeja más a un cortijo que a un recinto palaciego, respondiendo a la descripción de almunia hispano musulmana que Ibn Luyun hace en su Tratado de Agricultura. Por otra parte, el acceso mediante la sucesión de dos patios a distinto nivel, lo emparenta de forma clara con el acceso al propio palacio de la Alhambra.

El primer patio, denominado modernamente Patio del Descabalgamiento por presentar bancos para apearse de las monturas, ofrece dos naves laterales utilizadas quizás por los mozos de cuadra.

El segundo se sitúa a un nivel más elevado, originalmente se encontraba rodeado por galerías con arcos en todos sus frentes menos el central, por el que se sube al interior del palacio. La entrada al palacio propiamente dicha, se realiza a través de una portadita con elementos de mármol y dintel alicatado, en cuya clave del arco se vuelve a repetir el motivo de la llave. Una escalera nos introduce en el espacio doméstico,distribuido por el patio de la Acequia y dominado por el Pabellón Norte. Éste se abre con la habitual galería porticada, con cinco arcos y alcobas en los extremos, dando paso a la Sala Regia y al mirador de Ismail I. En la Sala Regia cobran protagonismo las yeserías, las tacas y los preciosos capiteles de mocárabes. Asimismo, la distribución interior de la sala responde al esquema usual, con alcobas laterales enmarcadas por arcos. Es muy destacable la cornisa volada de mocárabes por debajo de la armadura del techo.



Patio de la Acequia

Su eje mayor se encuentra atravesado por la Acequia Real, principal arteria hidráulica del Conjunto. Su estructura original era en forma de crucero, semejante al Patio de los Leones, lo que daba lugar a cuatro parterres achaflanados.

Los universalmente conocidos surtidores cruzados, en los que se han inspirado tantas fuentes de todo el mundo, fueron sin embargo instalados en el siglo XIX. Si bien, a un nivel inferior, la excavación arqueológica de 1958, ha permitido conocer su estado primitivo donde se han encontrado doce caños.

El patio, al estar completamente cerrado, poseía un alto carácter intimista que con las reformas posteriores ha perdido. Aparte de los pabellones porticados en los lados menores, existían viviendas con planta alta y baja, aunque sólo en el lado oriental, que quedaron muy afectadas con el incendio de 1958, motivo de la citada excavación. El Patio de la Acequia estaba pensado hacia el jardín interior, salvo un pequeño mirador situado en el lado occidental, en eje con la glorieta central. Todo este lateral estaba originalmente cerrado mediante un alto muro con alero corrido que fue rebajado en época cristiana, quedando como testimonio sus respectivos arranques en los extremos. Igualmente quedó abierto al paisaje, a modo de belvedere, cambiando radicalmente el carácter intimista al de mirador; para ello se le añadió un estrecho corredor a todo lo largo del Patio, abierto a éste mediante arcos en cuyo intradós figuran pintados los escudos de los Reyes Católicos con el yugo, las flechas y el famoso lema «Tanto Monta».

El mirador central debió ser la única abertura original del Patio al exterior. Conserva en su interior una rica decoración de yeserías de época del Sultán Isma'il I (1314-1325), parte de las cuales fueron desmontadas evidenciando que fueron superpuestas a otras de época de Muhammad III (1302-1309).

Las ventanas bajas del mirador son características de la arquitectura nazarí: permite a quienes estén sentados en el suelo, con el brazo apoyado en el alféizar, poder contemplar y ver el paisaje del entorno del Palacio con las huertas, junto a la perspectiva de la colina de la Alhambra y la ciudad baja de Granada al fondo.



Patio del Ciprés de la Sultana

Atravesando la alcoba lateral de la Sala Regia se asciende, al nivel de un corredor abierto, al denominado Patio del Ciprés de la Sultana.

La edificación porticada data de 1584, frente a la que se desarrolla un intimista patio ajardinado de gusto barroco. Originalmente todo el espacio, como vimos, estaba ocupado por el baño del Palacio, del que no ha quedado aparentemente nada, excepto tal vez, la entrada del caudal de agua de la acequia que debió abastecerlo antes de continuar al Patio contiguo y que puede observarse en forma de cascada a través del hueco en el muro lateral. En el centro se encuentra una alberca con dibujo en planta en forma de «U», en cuyo centro se dispuso, en el siglo XIX, otra mas pequeña de la que sobresale una fuentecilla de piedra.

Todo el conjunto está rodeado de surtidores que lanzan agua consiguiendo un ambiente de frescor que ya en 1526 impresionó vivamente al Embajador de la República de Venecia Andrea Navaggiero en su visita al Generalife. Desde este patio puede seguirse el itinerario de salida, a través de una pequeña puerta situada en la esquina sur, que conduce de nuevo al Patio de la Acequia y la continuación de la visita al Conjunto Monumental. Si se dispone de tiempo y no importa subir varias escaleras, se puede visitar la zona alta de la finca del Generalife, a través del portón que centra el Patio frente a la galería.



Escalera del Agua

Esta escalinata protegida por una bóveda de laureles, está diseñada de forma acorde con los usos del sultán medieval. Para acceder a la zona más elevada del Generalife se encuentra la Escalera del Agua, subsistente del primitivo recinto, aunque muy modificada, famosa por el agua de la acequia del Sultán deslizándose por los canales de sus muros.

A intervalos de tres descansos, en cuyos ejes se sitúan pilas circulares de las que, en su origen, partía un canalillo, hoy perdido; pero sobre los parapetos que bordean la escaleras sí corren canales hechos con tejas invertidas, por los que baja el agua de la Acequia Real permanentemente.



Jardines Altos

Se accede a ellos por la escalera de los Leones, llamada así por las dos figuritas de loza vidriada que coronan el portón, todo ello del siglo XIX, tras el desarrollo de empinados peldaños se alcanzan los decimonónicos Jardines Altos del Generalife.

Estos jardines, distribuidos en diferentes paratas, completan el área palaciega del Generalife al que sirven de cobertura en su parte más elevada, disponiendo por ello de una orientación y de una de las vistas más destacadas de la finca. Pequeñas fuentes con surtidores entre los parterres cercados, algunos bellísimos ejemplares de magnolios, arbustos olorosos y una cuidada alternancia de ejemplares arbóreos de hoja perenne y caduca, hacen de estos jardines abrigados de los fríos vientos del Norte, un pequeño y romántico jardín botánico, digno de la mejor tradición humanista europea.

El itinerario por este espacio nos permite una vez más comprobar el contraste, siempre tangible en el Conjunto Monumental de la Alhambra, entre los dos universos aquí presentes: el medieval y el renacentista, ambos filtrados por un tamiz de romanticismo nostálgico que tal vez se aprecie como en ningún otro sitio en este espacio del Generalife. Para ello, nada mejor que acceder a la parte más elevada de los Jardines, a través de una escalera musulmana y descender mediante una pérgola escalonada, claramente europeizante.



Mirador Romántico

Al final de la escalera del Agua se alcanza la cota más alta del Generalife. De ahí que, como observatorio privilegiado, el administrador de la finca, don Jaime Traversa(administrador de las posesiones de los Marqueses de Campotéjar desde 1823), construyera en 1836 un Mirador Romántico en estilo neogótico, muy a tono con la época, y verdadero contrapunto con el resto y tal vez con los posibles vestigios de que en ese punto existiera, según apuntan algunos autores, un oratorio musulmán.

La arquitectura y disposición del mirador contrasta con la arquitectura nazarí más cercana del Generalife, y más aún si comparamos este mirador romántico con el de Lindaraja en el Palacio de los Leones, pero realmente no contrasta con el entorno ya que está rodeado por románticos jardines que nada tienen que ver con las huertas nazaríes.

El mirador está situado al final de la escalera del agua con lo que se ha planteado la posibilidad de que bajo el mismo espacio pudiera haber un oratorio musulmán aunque es algo difícil de corroborar sin los datos de excavaciones arqueológicas.

A la hora de describir este mirador se habla de un edificio neogótico del siglo XIX. Es interesante destacar que se pensara en un mirador neogótico en vez de neoárabe en un entorno como la Alhambra, siendo clara la estética distintiva que se le quiso dar a este mirador.



Paseo de las Adelfas

El Paseo de las Adelfas en su extremo enlaza con el Paseo de los Cipreses. El Paseo de las Adelfas es un largo sendero que recorre la parte superior del muro de separación de las huertas, cubierto todo él por una bóveda de adelfas.

Este paseo se construye a mediados del siglo XIX como acceso romántico al palacio del Generalife. Al inicio de su trayecto desde los Jardines Altos, se conserva uno de los ejemplares más antiguos que se conoce de arrayán morisco, una de las maravillas botánicas del jardín, cuya huella genética se investiga actualmente. En el otro extremo, el paseo enlaza con el Paseo de los Cipreses.



Albercones

El sistema hidráulico de la Alhambra se basa en la Acequia del Sultán que desde el Río Darro se encauza hasta la parte alta del Generalife al que abastece, para posteriormente, mediante un acueducto, entrar en la Alhambra.

Entre las fincas de explotación agrícola y ganadera, el Generalife era la más próxima a la Alhambra, con un palacio y grandes huertas en su interior. La acequia que las irrigaba corre paralela a las huertas.

Las necesidades de regadío de otras huertas de los alrededores motivaron la construcción de una derivación, por medio de una galería perpendicular subterránea, un profundo pozo, una noria y una gran alberca. El objeto de esta construcción era llevar el agua hasta las zonas más meridionales, para lo que era necesario conducirla hacia la zona más elevada de la finca.

Este conjunto se le conoce como Los Albercones. La galería subterránea finaliza en un pozo bajo un torreón, denominado de las Damas, construido para protegerlo así como para albergar la noria que subía el agua desde la Acequia Real. Andenes de ladrillo rodean a la alberca, así como una escalera para acceder a una terraza que debió disponer de un mirador o pabellón sobre el Albercón.

Con la moderna recuperación de la Alhambra y de sus valores patrimoniales, en 1926 se construyó un nuevo Albercón junto al nazarí para aumentar la presión de agua en todo el circuito y ya en la década de los sesenta del s. XX, con el desarrollo del turismo, se hizo necesario construir un tercer Albercón.



Paseo de los Cipreses

Tras el Paseo de las Adelfas, en el extremo final, este paseo conduce a la salida.

El Paseo de los Cipreses, a continuación del Paseo de las Adelfas, es un camino rodeado de cipreses que conduce a la salida, construido en el primer tercio del siglo XX. Con motivo de la pavimentación del Paseo de los Nogales, se ha descubierto recientemente y adecuado a visita pública un tramo de la Acequia Real nazarí, en las proximidades de su entrada a la Alhambra por la torre del agua.



Teatro del Generalife

Para la puesta en marcha del proyecto del Festival Internacional de Música y Danza, se extendieron los jardines del Generalife hacia el sur y se construyó en su extremo un amplio teatro al aire libre, inspirado la disposición del clásico riad nazarí, obra del arquitecto conservador, Francisco Prieto Moreno. El teatro se inaugura en 1954, como sede principal de las representaciones de ballet del Festival.

Desde su construcción, se han realizado en él diversas obras de adecuación con objeto de dar cabida a espectáculos cada vez más complejos, acordes con la magnificencia y carácter incomparable del marco en el que se desarrollan.

La organización del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, progresivamente más intenso y exigente, además de las necesidades de otros espectáculos y el deseo de satisfacer las necesidades del público usuario, motivaron un profundo proceso de restauración, terminado en julio de 2005.

El teatro sigue arquitectónicamente la línea de las huertas del Generalife, los muros de contención se perciben como un fragmento más del conjunto y las distintas paratas y arriates sirven de soporte al acompañamiento vegetal, de gran importancia en la instalación. El escenario se configura con pantallas naturales de cipreses, ofreciendo un fondo permanente y característico, único en la escenografía contemporánea.



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